lunes, 4 de enero de 2016

ENTREVISTA A JAMES SHREHAT, CREADOR DEL JUEGO


Pregunta. Permítame dar comienzo a esta entrevista con una reciente declaración del mismísimo Sir Julen Carlston a propósito de usted. Cito textualmente: “El Juego de Shrehat es tan equilibrado, tan completo y, en definitiva, tan bello, que no sería descabellado afirmar que el resto de juegos –incluyendo los pretendidamente inmortales, como el ajedrez o el backgammon– tiene los días contados”. Trate de sacudirse la modestia de encima y dígame: ¿Cómo recibe usted este tipo de elogios?
Respuesta. Ya conocía la declaración de Carlston. Me parece una exageración, qué quiere que le diga. Pero debería usted aclarar que Sir Julen es, como todos los genios, una persona más bien bromista. Adoro el ajedrez y el backgammon, muchísima gente los adora, y le aseguro que seguirán adorándolos. Es absurdo pensar que vayan a desaparecer. Mi Juego, por otra parte, no existiría de no ser por ellos; forman parte de mis influencias. Dejémoslo aquí: no me siento cómodo comentando halagos.
P. Y sin embargo éstos se suceden ininterrumpidamente desde que, hace ya casi una década, salió a la venta su Juego. ¿Esperaba usted tanto de su creación? Quiero decir, ¿Esperaba que se convirtiera en un acontecimiento a escala mundial?
R. Pues mire, uno nunca sabe cómo va a reaccionar el público. Y suele decirse que todos, en tanto que usuarios de juegos (tanto de mesa como electrónicos, interactivos o de azar, de astucia o de inteligencia, etc.), somos, por definición, conservadores. Es probable que así sea, que tuviera las de perder (nunca mejor dicho). Lo único que puedo decirle al respecto es que creí firmemente y desde el principio en mi intuición, y que no escatimé tiempo ni esfuerzo en desarrollarla. Estoy muy agradecido por la acogida de mi propuesta.
P. No es para menos. Casi la mitad de los colegios norteamericanos han incluido su Juego como asignatura obligatoria a nivel curricular, y diversos estudios han demostrado que mejora las aptitudes artísticas de los alumnos, que fortalece la memoria a corto y largo plazo, que ayuda a incrementar el vocabulario… ¿Qué defectos tiene su juego?
R. No soy la persona más indicada para contestar esta pregunta, como usted comprenderá…
P. De acuerdo. Entonces hablemos de las críticas recurrentes: la aceleración del ritmo cardíaco, la confusión mental, los vómitos, los orgasmos súbitos, la adicción…
R. ¿Los orgasmos son una crítica? Bienvenida sea.
P. Bueno, es sólo una de las muchas que recibe.
R. Mire, todo depende de cómo se implique cada jugador en el Juego. Ciertos grupos de presión han hecho una campaña muy cínica, tratando de responsabilizarme de una serie de accidentes (anecdóticos, por otro lado) que responden a la mala praxis de algunos usuarios. El libreto de instrucciones especifica que no se debe jugar durante más de dos horas seguidas, que el uso nocturno es desaconsejable, que bajo ningún concepto pueden jugar mujeres embarazadas… en definitiva: no me parecen críticas serias. Es como culpar al automóvil en vez de al conductor negligente. Del uso al abuso…
P. Hay un trecho, de acuerdo. Y sin embargo se ha ganado la enemistad de varios colectivos…
R. Si no recuerdo mal, la Asociación Nacional de Madres Puritanas, la Liga Americana Contra el Juego, la Coalición Asexual, y la Asamblea de Afectados por el Ingenio. Mis enemigos me honran todavía más que mis partidarios, como puede usted comprobar.
P. Dejemos las reacciones a un lado y volvamos a la propia idea. ¿Cómo se le ocurre el Juego?
R. Mire, yo no creo en las ideas. Lo que hay detrás del Juego es mucho trabajo, como le he dicho antes. Y mucha investigación. Partí, más que de una idea, de una asunción básica: el ser humano, en esencia, sólo quiere divertirse. El divertimento lo es todo. Y si a ese divertimento, tras estudiarlo históricamente y a conciencia, le añadimos lo que le faltaba
P. ¿Se refiere a la monitorización en tiempo real?
R. Entre otras cosas, sí. La posibilidad de acceder a los pensamientos del rival completa el Juego, esto es, totaliza la experiencia, y la inclusión de piezas multiformes introduce la arbitrariedad, el azar. Se trata de potenciar al máximo, de llevar hasta sus últimas consecuencias las virtudes de los juegos que nos preceden. Y sin necesidad de tablero.
P. Pero ya está en circulación una versión con tablero…
R. …Que no tiene absolutamente nada que ver con el espíritu original del Juego. Es una versión pirata. Ahora todo el mundo quiere sacar tajada, es lógico. Pero la hemos desautorizado, y muy pronto desaparecerá del mercado, se lo aseguro.
P. ¿No resta la monitorización en tiempo real, independientemente de su éxito, cierto romanticismo al Juego?
R. Es que mire, eso es como decir que las Agencias de Calificación restan romanticismo a las apuestas del inversor de bolsa, o que nuestros conocimientos sobre el ADN restan romanticismo a nuestra personalidad. Ni lo comparto ni lo comprendo. Cuando uno sabe a ciencia cierta el número y el tipo de jugadas que maneja su rival, la partida es totalmente honesta. Más honesta que nunca. Quizás sea necesario redefinir el concepto de juego, que hasta ahora se ha basado en la información oculta.
P. En el secreto.
R. Exacto. Mi Juego, por el contrario, es radicalmente transparente. Desnuda a los participantes, los iguala.
P. Los anula…
R. Es una forma de verlo. Yo creo que anula, en cualquier caso, las desigualdades apriorísticas.
P. ¿Y qué me dice del sistema de puntos? Hay quien sostiene que el algoritmo base del Juego está inspirado en el sistema pitagórico…
R. No pretenderá usted que desvele la fórmula de mi Coca-cola, ¿verdad?
P. Esperaba alguna pista.
R. Pues siga esperando. Pero no demasiado, porque me temo que debemos ir terminando. Tengo otros compromisos. 
P. ¿Qué hace uno después de haber creado el Juego? ¿En qué proyecto trabaja actualmente?
R. Si quiere que le diga la verdad, no tengo ningún proyecto en mente. El Juego ha sido un trabajo a tiempo completo durante quince años de mi vida. Asumo que me he agotado a nivel creativo, que casi con toda seguridad esta será mi última palabra en la industria del entretenimiento. Pero no vivo esto como un drama, sino como un gran logro, porque creo que en efecto lo es. Mire, yo también quiero citarle unas palabras de Alexey Pazhitnov, que en su día dijo: “El Tetris es lo único bueno que he hecho en mi vida”. A muchos les parecerá una frase un poco triste, pero cuando uno revoluciona el mundo, tiene que saber que, estadísticamente, esa será la última vez que lo hace. Y asumirlo.
P. Vaya, ahora mismo no sabría decir si es usted muy humilde o un auténtico megalómano…
R. Probablemente porque sea ambas cosas.
P. ¿Le importaría que coronáramos esta entrevista con una partida de Juego?
R. Como quiera; puede ir conectando los electrodos. Pero déjeme advertirle que se está jugando usted la vida.