jueves, 22 de enero de 2015

BAILE DE DISFRACES


        La chica conoce, en el baile de disfraces, a un atractivo hombre de mediana edad. Ella va de tigresa, él de diablo, dos atuendos muy oportunos para la apasionada noche que se avecina. Al principio intercambian frases tópicas, preguntas formularias con las que pretenden allanar el terreno para la llegada de conversaciones más jugosas. Pronto descubren que tienen muchas cosas en común, además del evidente y poderoso interés sexual. Cuando la chica comprende que no le importaría acostarse con su interlocutor, lo invita a acompañarla hasta su apartamento. El hombre accede. Ambos abandonan el baile a toda prisa y, en algo menos de media hora, él está ya tumbado frente a la chica en una cama enorme que invita al placer desenfrenado.
     Quítate el disfraz, le dice ella mientras se desnuda. Cuando un instante después repite la orden con una sonrisa de impaciencia, el diablo baja la vista avergonzado, tratando de contener su aliento de azufre.